Peru, 2010, part 2 - Ciudad de Dios
From the round house to the public square. De la casa redonda a la plaza pública.
My host's house in Chiclayo has no corners in the rooms because it is round. From there I have ventured out on the varied programme prepared for me among the churches here. On Friday evening I went to an area called La Victoria, to which church I have returned several times since it moved into its premises in 1999. The smoke from the cooking braziers in nearby houses made speaking difficult for the first few minutes of the meeting.
I spoke on the basis of our hope as Christians, the motivational rocket fuel of our worship and service and how the Lord graciously restores hope to those who are discouraged. Returned to the round house and a near riot in the street outside, caused by the visit of an investigating attorney reconstructing an accident - at 10 pm at night! This morning there was a more liesurely session with the Latina church elders to talk about leadership related issues, at the end of a week of prayer and fasting. We concentrated mainly on John 13. This was followed by an invitation to a restaurant whose speciality was guinea pig, washed down by libations of Inca Cola, the yellow sweet liquid associated with the Peruvian soft drink industry but now owned by Coca Cola.
This evening at 5pm we issued forth to the public square to preach with an improvised sketch board. I had come armed with enough clips, powder paint and brushes to put together a provisional kit collected in a cardboard box. But the believers were enthused by the interest shown by the public and the conversations which arose. After a cup of tea I am heading off to the youth meeting, which is at a low point right now. Tomorrow is less relaxed! In the morning I teach for one hour on Spiritual Gifts in the Church, followed by the devotional in the Breaking of Bread and another session with the city elders before lunch. In the evening there is only one message to preach. Keep praying for the unction of the Holy Spirit and God's sustaining touch on my voice.
La casa de mis anfitriones en Chiclayo no tiene rincones porque es de forma redonda. Desde allí he salido en un programa variado preparado para mí entre las iglesias. El viernes por la noche estuve en una zona que se llama La Victoria. En esa iglesia he estado varias veces desde que ocupó su local en 1999. El humo de los fuegos para cocinar en las casas me dificultó el hablar durante los primeros minutos de la reunión. Hablé acerca de la base de nuestra esperanza como creyentes, aquel combustible motivacional para nuestra adoración y servicio y de como el Señor por su gracia restaura la esperanza a los desanimados. Volví a la casa redonda y a la amenaza de un motín en la calle fuera, ocasionado por la visita del fiscal investigador que reconstruyó un accidente, ¡a las 10 de la noche! Esta mañana me reuní en una sesión más relajada con los ancianos de la Latina para hablar de temas relacionados con el liderazgo al final de una semana de oración y ayuno. Fijamos la atención principalmente en Juan 13. Seguimos con una invitación a un restaurante que especializó en "cuyi"(conejo de las indias, cobaya), con libaciones de Inca Cola, el refresco amarillo asociado con Perú aunque hoy por hoy regentado por Coca Cola.
Esta tarde a las 5 salimos a la plaza pública para predicar con un tablero improvisado. Llevé en mi equipaje en el norte suficientes clips, pintura en polvo y brochas. Juntamos los aparejos en un a caja de cartón. Pero los creyentes se entusiasmaron por el interés público y las conversaciones que surgieron. Después de una taza de té estoy para marcharme a la reunión de jóvenes, que pasa un momento bajo en la actualidad. Mañana es un día más cargado. Por la mañana enseño una hora sobre "Los Dones Espirituales en la Iglesia", seguido por un devociónal en torno a la Mesa del Señor y luego otra sesión con los ancianos reunidos de las iglesias en toda la zona, que se reúnen cada mes. !Por la tarde solo tengo que predicar una vez! Seguid orando por la unción del Espíritu Santo y el toque del Señor para fortalecer mi voz.
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